El AI Index de la Universidad de Stanford radiografía la inteligencia artificial en el mundo, examina los modelos fundacionales de IA, analiza el estado de la cuestión de esta tecnología y divide las redes según su modelo: código abierto o código cerrado.
El año pasado, las plataformas publicaron 149 modelos fundacionales, más del doble que en 2022. De estos nuevos modelos, el 65,7% fueron de código abierto, lo que significa que cualquiera puede utilizarlos y modificarlos libremente.
El informe de la Universidad de Stanford analiza el estado de la IA en 2024 y profundiza en su avance y en claves como su impacto en la economía, la ciencia, la medicina, la educación, la política, la gobernanza, la diversidad y la opinión pública, entre otras cuestiones.
Una de las conclusiones es que Google domina la carrera por la inteligencia artificial en el mundo. La inversión anual de Alphabet en el entrenamiento de sus modelos alcanzó el pasado año los 191 millones de dólares, lejos de los 78 millones que invirtió OpenAI y de los 4 millones que invirtió Meta.
Estados Unidos lidera este campo con 109 redes neuronales de aprendizaje profundo frente a las 20 de China y las 15 de los países de la Unión Europea.
Meta y el código abierto
La apuesta por código abierto o código cerrado es una clave estratégica. Meta, a diferencia de Alphabet y OpenAI, ha apostado por un modelo de código abierto. También lo han hecho Microsoft y Apple.
En cuanto al uso de las empresas de esta tecnología, cada vez más corporaciones apuestan por la inteligencia artificial para mejorar sus procesos. Según el estudio, el 55% de las organizaciones ya utilizaban la IA al cierre de 2023, frente al 50% que lo hacían en 2022 y el 20% en 2017. La automatización de los puntos de contacto, la personalización de contenidos y la captación de nuevos clientes, abarcan los principales usos.
Las empresas, en general, han abrazado esta tecnología en aras de la productividad. En el caso de España, el 36% de las compañías ha incorporado ya la inteligencia artificial a sus negocios. El 46% de este grupo está representado por grandes empresas mientras que el 33% son pymes. De ellas, siete de cada diez compañías confirman que la adopción de esta tecnología ha supuesto un aumento de sus ingresos.
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